domingo, 8 de junio de 2014

COMO ENCONTRATA AL HOMBRE PERFECTO

COMO ENCONTRAR AL HOMBRE PERFECTO

Por: Lizbeth Trevedhan Calderón

El hombre perfecto es alguien a quien amas en su dimensión de ser humano con todas sus carencias
y defectos. La mayoría soñamos con encontrarlo para compartir una vida armoniosa y feliz. Sin embargo, el hombre ideal es distinto para cada mujer, es aquel ser que se adapta mejor a tus características psicológicas, expectativas y proyecto de vida. Para poder llegar al hombre perfecto, es necesario saber primero qué es lo que buscas y si se adapta a tus necesidades, también es prudente que no lo idealices al conocerlo. Cuántas veces ese hombre en quien has puesto tus ojos luce fantástico en un principio y termina convirtiéndose en un desastre.

Si lo que deseas es saber si dentro de tu entorno se encuentra tu hombre ideal, tienes que comprobar si se dan las siguientes 7 condiciones:
1. Valoración: cuando sientes que en la vida de él, tú ocupas un lugar único y especial, porque te valora como mujer.
2. Respeto: ese hombre ideal no coarta tus proyectos personales ni profesionales. Te estimula y nunca tiene miedo a que seas independiente. Es un hombre atento a tus cambios y te apoya en las dificultades.
3. Solidaridad: cuando puedes comprobar cómo comparte contigo tu misión de ser madre, es decir, trabaja a la par contigo para educar a los hijos, sin dejar a un lado sus obligaciones como padre de familia.
4. Correspondencia: te da lo que le pides, porque no le exiges lo que no te puede ofrecer.
5. Valoración positiva: junto a este hombre tienes la sensación de ser escuchada, porque no le teme a los problemas de la vida en el terreno emocional.
6. Reconocimiento: desde un inicio, debes construir una identidad sin conflictos y reconocer en ese hombre sus limitaciones, ya que conviene que sepas desde el principio qué deseos puede o no cubrir.

7. Aprendizaje: debes conocerte a fondo; por ejemplo, el hombre ideal para una mujer que nunca tuvo afecto paterno, es aquella pareja que la haga sentir protegida.

10 básicos del hombre soñado
1. Sentir que él te desea: esta sensación debe estar dada por la mirada, el roce, cumplidos o detalles. Esto debe ser comunicado en un período corto de tiempo y personalmente. Nunca por mails ni por teléfono, ya que él no puede tocarte o llegar a conocerte sólo con palabras o a través de la pantalla de una computadora. Esto deberá ser respaldado por su deseo de avanzar en la relación. El hombre ideal nunca te enviará mensajes difíciles de descifrar.

2. Al poco tiempo de conocer a ese hombre, deberás descubrir si ha triunfado en algún área de su vida y si tiene desafíos y progresos. Si es cabal, sus palabras estarán respaldadas por acciones, nunca te dirá que no está seguro de a dónde va la relación.

3. Un hombre saludable dice lo que piensa y piensa lo que dice, no esconde segundas intenciones. Nunca te encontrarás llamándolo en la madrugada porque temes que esté con una mujer.


4. Las relaciones saludables se basan en un mutuo toma y daca. ¿Logra reconocer cuando le brindas tu apoyo emocional?
¿Te recompensa con pequeños detalles o mimos? ¿Sientes que lo que él te brinda es tan valioso y significativo como lo que tú le ofreces? 
Si tienen libre un sábado, él prepará un plan para que ambos disfruten ese día. Además, si tu auto se descompone, él buscará la manera de ayudarte.


5. Lo que das y lo que recibes debe tener un valor aproximado.
Si él es el hombre ideal para ti, tendrá buenos amigos y te sentirás a gusto con su forma de ser cuando está con ellos.
Él es el mismo cuando está contigo o sin ti. Cuando está fuera
de tu alcance, nunca cambiará sus modales y cuando tú lo lleves con tus amigas, él sabrá ser amable.

6. Si es el hombre indicado, sabrá apreciarte por lo que eres. Aunque hayas tenido un mal día y digas algo que no le guste, él te seguirá respetando. Ten cuidado con el hombre cuya percepción cambia cada vez que te desvías de sus expectativas. Por ejemplo: cuando te vistes de cierta forma y no te hace un cumplido o subes de peso y se niega a tener relaciones sexuales contigo. Pregúntate si pasa tiempo con tu familia e intenta integrarse a ella.
7. Nunca te hará sentir mal contigo misma. Incluso en una discusión, él será capaz de ver lo bueno y lo malo de ti. En una disputa, si llegan a un arreglo, no es de esos que continúa enojado. Él te amará y te ve como una buena persona.
8. Tiene una curva de aprendizaje. Si le dices que necesitan pasar más tiempo juntos, seguramente accederá, porque te ama y no quiere perderte.
9. Acudirá a otros por ayuda. Encontrará recursos, hará cualquier cosa para lograr su propio cambio. El orgullo y la holgazanería no son obstáculos para él.
10. No intenta hacer valer su poder. Él no te dejará esperándolo sólo para demostrar que tiene poder sobre ti. Nunca te hará sentir que tienes que desaparecer por algunos días para recuperar el poder que alguna vez tuviste.

TEST PARA NOVIOS

viernes, 6 de junio de 2014

MASCULINO

El género masculino es un término de gramática. En los nombres y en algunos pronombres, es el rasgo inherente de las voces que designan personas del sexo masculino, animales macho y, convencionalmente, determinados objetos o cosas. En algunos adjetivos, determinantes y otras clases de palabras, es el rasgo gramatical de concordancia con los sustantivos de género masculino.
El símbolo comúnmente utilizado es ♂ (Unicode: U+2642), un círculo con una flecha orientada al noreste. Se trata de una versión estilizada del dios Marte, representando un escudo y una lanza.

HOMBRE

El sexo masculino es un término de biología que denota al sexo que produce espermatozoides o polen, un ser vivo (animal o vegetal) que posee órganos reproductivos masculinos.
La masculinidad de un macho es un conjunto de actitudes varoniles y enérgicas que resaltan sus cualidades de semental o dominante frente a otro.[cita requerida]
En la cultura humana, la masculinidad es el reflejo de la actividad hormonal que genera actitudes y cualidades viriles secundarias que no dejan lugar a dudas sobre la definición sexual.[cita requerida] Estas señales tienen la aceptación de la hembra que busca ser receptora del legado genético del macho.

LA MUJER Y LA LEY

La publicación de las Naciones Unidas titulada The World’s Women—1970-1990 dice: “Esta brecha [en la política gubernamental] ha quedado recogida en gran parte en las leyes que niegan a la mujer la igualdad con el varón en lo que respecta a sus derechos de tenencia de tierras, solicitud de préstamos y firma de contratos”. Una mujer de Uganda declaró: “Seguimos siendo ciudadanas de segunda clase... o de tercera clase más bien, pues nuestros hijos varones van delante nuestro. Hasta los burros y los tractores reciben a veces mejor trato”.
El libro Men and Women, editado por Time-Life, dice: “En 1920, la Decimonovena Enmienda de la Constitución de Estados Unidos garantizó a las mujeres el derecho al voto, mucho después que en bastantes países europeos. Pero en Gran Bretaña no se les concedió ese privilegio hasta el año 1928 ...”. Como protesta por la injusticia política a la que se sometía a las mujeres, Emily Wilding Davison, sufragista británica, se echó delante del caballo del rey en el derby de 1913, y perdió la vida. Se convirtió en una mártir en la causa de la igualdad de derechos para la mujer.

El propio hecho de que en fechas tan tardías como el año 1990 el senado de Estados Unidos promulgase el decreto Violence Against Women Act, indica que las legislaturas dominadas por el varón han sido lentas a la hora de responder a las necesidades de la mujer.

derechos de una mujer

A lo largo de la historia, en la mayoría de las culturas, las mujeres han sido sometidas a estructuras patriarcales que les han negado los derechos humanos más fundamentales. Las leyes antiguas y los sistemas tradicionales, como el cristianismo y el islamismo, antecedentes de los sistemas modernos, han provocado la dependencia de la mujer, de forma análoga a la esclavitud, a la explotación de las clases desfavorecidas y a la mano de obra.
Una de las razones podría ser el fortalecimiento y sostenimiento del poder y de la actividad económica y de igual forma se evidencia que quienes resultan sometidos son vistos, por los explotadores, como seres inferiores, inmaduros, infantiles, malvados o depravados. (Véase el artículo Prejuicio cognitivo)

Los inicios infructuosos de los derechos de la mujer - Revolución francesa de 1789[editar]

La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana fue un texto redactado en 1791 por Olympe de Gouges[17] [18] parafraseando la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789, el texto fundamental de la revolución francesa. Es uno de los primeros documentos históricos que propone la emancipación femenina en el sentido de la igualdad de derechos o la equiparación jurídica y legal de las mujeres en relación a los varones.

Ley mosaica (judaísmo)[editar]


En la ley mosaica, tradición de la religión judeocristiana (En este caso, solo se habla del judaísmo, ya que el cristianismo posee una creencia distinta) la mujer era protagónica, la ley judía afirma que una mujer tiene más posibilidades de conectarse con Dios, el divorcio era un privilegio exclusivo del marido: la opinión de la mujer podía ser rechazada por su padre o su marido, y las hijas podían heredar sólo en ausencia de hijos, con la condición de que se casaran dentro de su tribu. La culpa o la inocencia de una esposa acusada de adulterio a veces se comprobaban mediante la técnica del agua amarga.[19] Además de estos casos, que ilustran la subordinación de las mujeres (Deuteronomio 2:24, Números 1:30, Números 3:27-36, Números 2:5), había muchas leyes que trataban, entre otras cosas, de ofensas contra la castidad, y el matrimonio de un varón con una cautiva pagana o con una esclava comprada. Aunque los segundos matrimonios estuvieran restringidos, según la legislación judía y cristiana no católica, en la ley mosaica una viuda sin hijos estaba obligada a casarse con el hermano de su difunto marido. Lo que se debe tener en cuenta es que la ley mosaica (judaísmo), está basada en libros escritos en el primer milenio antes de Cristo. Jesucristo es considerado por los cristianos católicos el Mesías esperado por el Pueblo judío que le daría la interpretación correcta a la ley mosaica (judía).

EL FEMINISMO

El movimiento feminista ha perseguido el reconocimiento de la igualdad de oportunidades y la igualdad de derechos para las mujeres. Las dificultades para obtener este reconocimiento se han debido a factores históricos, en combinación con las costumbres y las tradiciones sociales. Actualmente, debido a los cambios económicos, el apoyo del poder económico y las reivindicaciones del movimiento feminista y otros movimientos de derechos humanos, las mujeres tienen acceso a carreras profesionales y trabajos similares a los de los hombres en la mayor parte de las sociedades. En muchas sociedades modernas las mujeres tienen plena igualdad jurídica tanto en el ámbito laboral como en el familiar, pudiendo ser cabezas de familia, detentar cargos altos tanto en política como en grandes empresas. Así que se podría decir que las condiciones de las mujeres han mejorado.
Algunas corrientes feministas cambian constantemente el significado de la palabra mujer, entendiéndose que la categoría mujer esta estrechamente vinculada a la expresión de genitalidad, por lo que frecuentemente se presupone que mujer es aquella cuya expresión gonádica es igual a XX. Esta articulación discursiva se soporta sobre fundamentos biológicos y esencialistas. La naturalización del concepto impide su cuestionamiento, dogmatizándolo. Sin embargo, desde diferentes corrientes feministas, esto ha sido criticado. El rol sexual y el ejercicio de la sexualidad son en sí mismo, construcciones socioculturales motivadas por un mecanismo de control social, y de una reproducción de las estructuras de poder. Además, la categoría mujer se conceptualiza en tanto que opuesta a la categoría hombre, formando así un binomio, mutuamente excluyente, a partir del cual se articula la distinción de sexo (femenino - masculino, respectivamente). En esta situación existe opresión social cuando las personas no reproducen los esquemas preestablecidos de acuerdo a lo esperado, limitando la diversidad sexual, omitiendo y dejando al margen fenómenos como la transexualidad y la intersexualidad.